Gabrielle Roy, la autora, apenas terminada su carrera a los veinte años recién cumplidos en 1929, conseguía el primer trabajo como maestra en Cardinal, un pueblecito del Canadá occidental, y después en un colegio masculino de la pequeña ciudad de Saint-Boniface, ambos en la provincia de Manitoba. De esas primeras experiencias surgiría, muchos años más tarde, Los niños de mi vida, una maravillosa recopilación de historias de vida de sus alumnos.