Aceptación social de la violencia etarra

 

Se ha publicado la novela de Fernando Aramburu coincidiendo con los cinco años del cese de la violencia etarra. Mete al lector en esa sociedad asfixiante donde o eres abertzale, en su lenguaje, o estás muerto vitalmente y a veces ejecutado por los que se consideran gudaris o luchadores por la Patria.

Esta  novela describe una sociedad enrarecida y aplastada por el miedo. Una familia desunida entre sí y enemistada con otra familia rota. Unos jóvenes amorales obsesionados con la nación vasca. Esa es la Patria que describe el autor. Y la conoce desde dentro en sus costumbres, su idioma, sus rutinas, su aburrimiento, y su utopía de ser Euskal Herria.

El autor utiliza una prosa coloquial en la que se mezclan los pensamientos íntimos, los recuerdos, el presente y el pasado, y por eso a veces resulta difícil de seguir. No es de mucha calidad aunque tiene bastante agilidad.  Es nada complaciente en sus descripciones y con un juicio severo contra ese tipo de sociedad dominado por el entorno etarra. Un cáncer en esa sociedad donde mandan los abertzales, donde lo mayores manipulan a los jóvenes, donde una madre de etarra, que va a Misa, defiende la violencia y el asesinato; y también  un clérigo tratado con aspereza en la novela pues también  es abertzale y ampara a los etarras. También aparece el fuerte matriarcado y la timidez de muchos maridos con pocos horizontes. Todos los tipos presentados son reales y bien reales. Y al final, cuando ETA ha dejado de asesinar y hay arrepentidos -ahora se cumplen  cinco años-, el terrorista Joxe Mari medita en la celda: «Haberse sacrificado para esto. Para nada. Para absolutamente nada». Y su aita «convertida en un  guiñapo podrido de tristeza».

Este libro puede interesar a quienes  ya conocen el país vasco y han vivido allí,  sobre todo en los pueblos pequeños, donde domina la ideología terrorista. Para el resto resultará menos interesante y siempre dura, además de dar pocas pistas positivas de ética. El autor introduce escenas de cama y muchas palabrotas e irreverencias, que molestan la lectura, aunque es cierto que corresponde a lo que dicen y hacen los jóvenes captados; buenos chicos en general pero amorales, no sólo los abertzales, sino también sus amigas, novias, o hermanas. En suma, una parte importante de la juventud machacada, aunque naturalmente no falten excepciones. Es una larga novela de moda, interesante pero dura, como es esa sociedad vasca radicalizada desde hace cuarenta años. ETA ya no mata pero el ambiente sigue siendo el mismo.

Jesús Ortiz López

 

Fernando Aramburu, Patria, Ed. Tusquets, 2016. 648 pgs. 

Comentarios

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Premio Nacional de Literatura.

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Me parecen muy acertados los comentarios que se han hecho sobre este libro, Patria, de Aramburu. Se trata de una novela muy realista, que sabe acercar la cámara, con un enfoque detallista, a realidades que por desgracia han marcado al País Vasco desde hace casi 50 años. Los personajes son bastante auténticos así como el ambiente de las calles, de algunos templos. En el fondo, queda reflejada la crisis de la Iglesia en aquellas tierras y la rápida sustitución de lo religioso por lo politico, especialmente entre los más jóvenes. De ahí la omnipresencia del lenguaje irreverente, blasfemo y de la caida en picado de la moral familiar. Creo que su lectura puede ser hoy muy útil a muchas personas, porque la semilla del odio está siendo sembrada en muchos otros ámbitos, no sólo en el nacionalista.