Homosexuales, enfermos

 

La presión ambiental sobre el equívoco de que la homosexualidad es algo natural va teniendo sus efectos. Muchas personas creen que es una diferencia natural, sin más, cuando está totalmente comprobado que la homosexualidad surge por el efecto de una educación equivocada. Los expertos, esas personas que tratan a esos enfermos, que los conocen bien, explican con ocasión y sin ella que no es algo que surge desde el nacimiento.

El mayor estudio realizado hasta la fecha para averiguar el peso de los genes en la conducta sexual hacia personas del mismo sexo confirma que no existe un gen de la homosexualidad. Las variaciones genéticas halladas en una muestra de casi medio millón de participantes explican solo una pequeña parte de este comportamiento sexual, poniendo de manifiesto la complejidad de la sexualidad humana.

Aunque hubo investigaciones posteriores que refutaron estos resultados, el adolescente Fah Sathirapongsasuti buscó en internet respuestas sobre su sexualidad y dio con ese estudio. “Le eché la culpa a mi madre por haberme dado el cromosoma X”, bromea. El joven actualmente es experto en biología computacional y es uno de los autores de una macro investigación internacional, publicada en la revista Science, que confirma, con una muestra de casi medio millón de personas, que no existe un gen de la homosexualidad.

Lo que nos dicen las personas que se dedican a atender a estos chichos o chicas que quieren ser curados de esa tendencia, es que la persona, cuando cae en este sufrimiento está rota, destrozada por la falta de amor de los progenitores. O el chico por la falta de amor del padre o la chica por falta de amor de la madre.

También ocurre con cierta frecuencia que, si a la madre le falta el marido, al faltar la masculinidad en el hogar, se vuelca en el hijo. Y este tiende a imitar las formas de hacer de ella. Esto es el problema habitual. Por lo tanto, el problema es la falta de la paternidad. Y al revés habría que decir cuando es la chica la que tiene tendencias homosexuales. Esto es lo que ven los versados. Nunca que puedan intuir un nacimiento con esta tendencia por tal o cual variante genética.

Por lo tanto, la problemática desciende, una vez más, a los problemas de educación. Por eso se dan muchos más casos en nuestra sociedad que en años atrás, donde esta tendencia era mínima. Y por eso hay muchos más casos en nuestra sociedad que en ambientes del tercer mundo.

Por lo tanto, si se quieren evitar problemas con los hijos, a veces muy graves, hay que estar atentos a cómo es la vida de familia. Como es la unidad en el matrimonio y la educación de los hijos. Sabemos que en Occidente hay muchas rupturas, muchos problemas con la prole, y eso cuando hay descendencia, a pesar de las advertencias constantes de los expertos.

Y lo que es más grave es que haya tantas personas empeñadas en defender el ambiente gay, como si fuera lo más normal del mundo, cuando sabemos que no es otra cosa que un destrozo de las personas. Es una barbaridad la presión tremenda que se hace en este sentido, como bien sabemos. Hay violencia para mantener estas situaciones. ¿Puede haber prueba más contundente que esa intimidación para demostrar que no se quiere reconocer la verdad?

Las situaciones sociales que son buenas se muestran en paz, no necesitan del miedo, del que se sirve constantemente el orgullo gay.

Ángel Cabrero Ugarte

Anexo (del libro de Georg Gänsweig, Nada más que la verdad, p. 258)

"En la página 463 habla usted del difícil problema de la pastoral de los homosexuales. También aquí estoy plenamente de acuerdo con lo que dice. Ya en el Catecismo de la Iglesia Católica habíamos intentado encontrar, después de largos debates con diferentes corrientes, el equilibrio entre el respeto a la persona, el amor pastoral y la doctrina de la fe. Encuentro este equilibrio en sus palabras, pero también aquí me gustaría añadir un aspecto que resulta de los problemas de la propaganda pública sobre este punto. La filosofía del gender que aquí está en juego nos enseña que es la misma persona particular la que se hace hombre o mujer. El ser hombre o mujer ya no es una realidad de la naturaleza que nos precede. El hombre es un producto de sí mismo. La filosofía de Sartre se concretó de una manera que en aquel momento todavía no era previsible. Se trata de una negación radical del Creador y de una manipulación del ser en la que solo el hombre es dueño de sí mismo. En esta propaganda no nos interesa para nada el bien de las personas homosexuales, sino una voluntad de manipulación del ser y una negación radical del Creador. Sé que muchas personas homosexuales no están de acuerdo con estas manipulaciones y sienten que el problema de su vida se convierte en un pretexto para una guerra ideológica. Por consiguiente, es necesaria una resistencia fuerte y pública contra esta presión. Debemos llevar a cabo esta resistencia sin perder el equilibrio entre el amor del pastor y la verdad de la fe en la vida pastoral". (Carta de Benedicto XVI al papa Francisco respondiendo una petición de consejo).

 

Comentarios

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Pienso que hay que ser muy delicado en esta cuestión y no buscar culpas sino causas, ni tampoco calificar. Es evidente que el mundo gay se muestra ciego y agresivo, se niega a reflexionar acerca de las causas de su condición, es como si prohibiéramos penalmente investigar acerca de los motivos de la heterosexualidad, pero así están las cosas. Juan Ignacio Encabo Balbín.