Trabajo y felicidad

Miguel Lluch (1959-2015), doctor en teología por la Universidad de Navarra y en Historia medieval por la Universidad de Lovaina. Fue profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra y Director del Instituto de Antropología y ética desde el que impulsó la reflexión interdisciplinar en la Universidad.

Se recogen en este volumen algunos de sus trabajos de investigación sobre cuestiones de antropología cristiana que había publicado en Actas se Congresos y en Revistas especializadas y sirve de volumen homenaje al historiador y antropólogo que falleció repentinamente cuando se encontraba en su momento de madurez de pensamiento y de producción intelectual.

Entre los trabajos recopilados en este volumen, resulta de un gran atractivo la lectura personal que realiza el prof. Lluch sobre Romano Guardini (pp. 43-86). Como afirma en la introducción el prof. Ion Borobia que le conocía muy bien: "Su itinerario arranca de una lectura muy personal de Romano Guardini. Detectó de inmediato una especial sintonía con la perspectiva de este autor. Él vio reflejado en Guardini su propia pasión por el mundo y la cultura contemporánea" (12). A esto hay que añadir, como hace Borobia, poco después: "el pensamiento de Miguel Lluch se caracteriza por una sólida matriz histórica, debido a su formación académica y a un interés por la Historia que nunca abandonó" (p.12). Seguramente por eso, afrontaba con valentía esta época de pensamiento  post-cristiana (pp. 277-299), en muchos lugares, buscando, como un nuevo Guardini, las claves para realizar  una síntesis  que presente el cristianismo con viveza y hondura teológica y antropológica que abandere una nueva etapa de la historia de la teología en el milenio que estamos comenzando.

Son interesantes las palabras del teólogo luterano Adolf von Harnack, fundador y jefe de los teólogos liberales al claustro académico, cuando Romano Guardini se incorporó a una cátedra en la Universidad de Berlín en los años veinte del siglo pasado: "Dejad venir tranquilamente al señor Guardini, si tiene algo que decir lo dirá y si no, fracasará sin que nosotros tengamos que hacer nada" (p. 51). Como recordamos el éxito fue abrumador.

Precisamente en las páginas dedicadas al trabajo desde la perspectiva de san Josemaría Escrivá de Balaguer y del espíritu del Opus Dei, dan una clave certera de la nueva antropología cristiana que impulsaba el Prof. Lluch. Quizás tenga razón cuando afirmaba: "Con la luz fundacional recibida de Dios, san Josemaría Escrivá de Balaguer hace un nuevo descubrimiento de dos realidades contenidas en la Revelación divina: la primera es la bondad originaria del trabajo humano y la segunda es la importancia del trabajo en la vida de Cristo y, como consecuencia, del trabajo en la vida del cristiano. Lo que él obtiene a partir de este descubrimiento aporta importantes perspectivas para el desarrollo de la antropología y la ética cristianas y señala una renovación para el futuro de la existencia humana" (p.113). A partir de ahí el Prof. Lluch realizará una breve y clarificadora síntesis de la santidad en medio del mundo a través del trabajo que constituye una línea antropológica de incalculable dimensión (pp. 113-138).

 

José Carlos Martín de la Hoz

Miguel Lluch, Visión cristiana del mundo. Escritos sobre cristianismo y cultura contemporánea, ed. Eunsa, Pamplona 20915, 300 pp. 

Comentarios

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Muchas veces he reflexionado con san Josemaría sobre el valor terapeútico del trabajo y como participación en la tarea divina de la Creación, pero cuando sólo se realiza con una finalidad económica o por adquirir prestigio resulta alienante. Por esa razón, y en el contexto actual, he afirmado bromeando que "el trabajo está sobrevalorado".