Presa (Hirsi Ali)

En este libro su autora, de origen somalí, estudia la influencia que ha tenido en Occidente la inmigración masiva desde los países de tradición islámica, especialmente a partir de 2015. Concluye que ha sido perjudicial para los derechos de las mujeres occidentales, que son vistas por los inmigrantes musulmanes como presas posibles cuando desarrollan sus vidas de forma normal: trabajan o estudian junto con los hombres, salen solas a la calle, asisten a espectáculos o visten sin demasiado recato. El precio a pagar puede ser el acoso y la violencia sexual por parte de los recien llegados.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2021 Debate- Penguin Random House
372
978-84-18006-72-2

Subtítulo: La inmigración, el Islam y la erosión de los derechos de la mujer.

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La historia comienza con los sucesos de la Nochevieja de 2015 en Colonia, cuando cientos de solicitantes de asilo llegados desde Afganistán, Siria y otros países de tradición islámica se reunieron para acosar y violar a mujeres en las calles. Denuncia la autora cómo, para no parecer xenófobos, los policías y autoridades municipales quitaron inicialmente importancia a los hechos. De los agresores solo tres, que se habían hecho selfis con sus víctimas, fueron condenados judicialmente.

Señala Hirsi Alí como para la tradición islámica nada resulta más extraño que la igualdad de derechos entre hombres y mujeres (pág.156). Relata como en Newcastle, en Gran Bretaña, uno de esos radicales y miembro de una banda de pederastas espetó a una revisora en un transporte público: "Las mujeres blancas solo sirven para que las follen hombres como yo, y las traten como basura" (pág.236). Solo por este hecho el sujeto debería ser expulsado del país, pero la legislación ni lo contempla ni lo permite; incluso es posible que ya tuviera la nacionalidad británica. "Los inmigrantes -repite la autora- deberían estar dispuestos a asumir los valores de los países de acogida" (pág.282).

Hirsi Alí recuerda la existencia en Europa de guetos, barrios de mayoría inmigrante, donde se aplica de hecho la ley islámica en lugar de la legislación general a través de los tribunales de la sharía. Indica cómo se practica todavía la ablación genital de las jóvenes, los matrimonios forzados, la prohibición de casarse fuera de la comunidad, los asesinatos en defensa del honor de la familia, la violencia de género por desobedecer al padre de familia, las bandas de pederastas y violadores y el abuso de las prestaciones del estado del bienestar con perjuicio para los demás usuarios.

"En 2017- escribe-, en Gran Bretaña solo el 19,8 de los musulmanes adultos tenía un empleo a jornada completa" (pág.205). Señala las dificultades de empleabilidad de unos hombres que no consienten en frecuentar empresas donde trabajen conjuntamente hombres y mujeres, prácticamente la totalidad hoy en día. Esta circunstancia, y el hecho de que sus mujeres tampoco trabajen fuera del hogar, les lleva en la práctica a la pobreza y ellos "proyectan los sentimientos de decepción y humillación hacia la sociedad que les acoge" (pág.193). Hirsi Alí señala cómo los inmigrantes asentados en Europa frecuentemente están más radicalizados que cuando vivían en sus lugares de origen.

La autora propone: a) Derogar el actual sistema de asilo, ya que "la distinción entre inmigrante y solicitante de asilo ha dejado de ser válida" (pág.275). b) Replantearse el atractivo de los generosos estados del bienestar, que incorporan a grandes cantidades de beneficiarios que nunca han contribuido al sistema (pág.279). c) Restaurar el imperio de la ley y los acuerdos de devolución de inmigrantes. d) Escuchar a los inmigrantes, estos sí integrados, cuando coinciden en que "la religión y la cultura de sus países de origen no son fácilmente compatibles con los ideales occidentales de libertad individual" (pág.282). e) Proporcionar educación sexual a los niños, y resulta interesante la advertencia que hace la autora sobre el tipo de educación sexual (pág.283).

El libro aporta gran cantidad de información, en ocasiones dificilmente estructurada, pero siempre en el mismo sentido. Puede ser algo repetitiva. La autora incorpora al libro nada menos que cincuenta y dos páginas de referencias biblográficas, aparentemente para acreditar la veracidad de los hechos que denuncia que por otra parte son difíciles de negar, aunque se pueda discrepar de las soluciones. Juan Ignacio Encabo.