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Emulación o envidia

 

Con frecuencia cuando una persona siente envidia, para disimular un poco esa emoción, tiende a pensar o a decir que es envidia buena. No se entristece por el bien ajeno, simplemente le gustaría tener aquello que no tiene. A veces se piensa, a veces se dice y, casi siempre, es una tapadera de las verdaderas pasiones, porque es muy difícil reconocerse envidioso. Pero la envidia existe, los envidiosos abundan.

Las prisas, el estrés y los atascos

La vuelta a los libros de Mendoza -el Cervantes es el Cervantes- me ha llevado a las aventuras de Gurb y su compañero en tierras catalanas, y me ha divertido la idea de que estos extraterrestres no conocían a los niños. Ellos en su país no tienen ni niños ni viejos. Pero al mismo tiempo se admiran de que los adultos españoles no tengan tiempo para nada.  Se sorprenden de esas familias que se meten en el atasco el viernes y no salen hasta el domingo tarde de vuelta. Vamos que no descansan.

El conflicto del móvil

 

Hace pocos días, en los pasillos de la universidad, vi a cuatro alumnas formando un estrecho corro, cabezas agachadas, como si se estuvieran contando un secreto muy íntimo, como si quisieran mantenerse al margen de los demás alumnos y profesores que se cruzaban en el mismo lugar. Pero al acercarme me di cuenta de que estaban cada una con su móvil, las cuatro muy juntas, pero cada uno en lo suyo.

Miedo al pecado

No hablan de pecado. En realidad, molesta esa palabra, ese concepto. Hablar de pecado es hablar de culpa. Así que es preferible hablar de error. ¡Pobre, se ha equivocado! Y entonces somos comprensivos. O pensamos que serán comprensivos con nuestro comportamiento si no hablamos de pecado sino de equivocación.

Ataque americano a Siria

Es bastante sospechosa la actitud del presidente americano Trump en el ataque a Siria. Cualquiera de las personas más cercanas al conflicto dudaron en todo momento que el ataque con gases fuera del presidente sirio. Este no tiene ningún interés en atacar a su pueblo, y menos de esa manera. Así lo ha declarado el obispo sirio Georges  Abou Khazen, Vicario de Alepo para los católicos de rito latino: "Una cosa que desconcierta, ante el ataque militar de Estados Unidos en territorio sirio, es la velocidad con la que ha sido adoptado y ejecutado sin una investigación previa adecuada sobre la trágica historia de la masacre con armas químicas sucedida en la provincia de Idlib" (Fuente: Gaudium Press).

La compleja geopolítica de los islamismos

 

Seguramente una de las preocupaciones más generalizadas en amplios sectores de la sociedad occidental, y quizá no solo en Occidente, es la actividad política o terrorista del mundo islámico. Por eso el trabajo de la experta Anne-Clémentine Larroque, recientemente publicado en España, puede ser de una gran utilidad para profundizar en este complicado mundo. Pero hay que advertir que no tiene nada de sencillo este estudio, dado que la proliferación de nombres de grupos, con denominaciones directamente trasladadas del árabe, supone una dificultad para saber quién es quién.

La tristeza de la jubilación

No deja de ser un contrasentido hablar de jubilación -o sea, de júbilo- unido a la tristeza. Para la mayoría de las personas el momento de retirarse de la vida activa supone una tranquilidad, la idea de cobrar el dinero que se ha ganado honradamente después de muchos años de trabajo, duro o menos, intenso o menos, pero trabajo, con horario fijo, con preocupaciones y cansancios. Es una satisfacción. Aunque no lo es para todos, pues a algunos les gustaría que les dejaran más tiempo. Porque se lo pasa bien con su trabajo y pueden intuir aburrimiento.

La soledad de Frankenstein

Hace dos siglos se publicó la novela titulada Frankenstein, versionada en cine con tintes de película de terror, en las que es difícil llegar a saber casi nada de las pasiones y sentimientos de un engendro, que pretende ser humano -es ficción, está claro- pero que nace monstruoso por culpa de su creador. Creador que es el científico Víctor Frankenstein, que en la memoria del espectador, no del lector, ha cedido el apellido al engendro.

Participar en el sacrificio de la Misa

Seguramente todos tenemos experiencia de lo que significa vivir bien la misa o cubrir el expediente de modo rutinario. Me gusta recordar a mis alumnos que esto es muy antiguo pues ya Caín y Abel se distinguieron precisamente por esa actitud. Los dos primeros hijos de Adán y Eva sabían que, debido al pecado, debían restablecer el trato con Dios a través de los sacrificios. Esto lo sabían en todas las religiones antiguas. Pero la actitud de uno y otro era bien distinta. Abel tenía buen cuidado de ofrecer a Dios lo mejor de sus ganados y sus sacrificios eran agradables a Dios, y el humo del altar ascendía hacia el cielo como señal de acogida. Caín sabía que tenía que ofrecer esos sacrificios, pero lo hacía por rutina, sin amor hacia Dios, y ofrecía los restos deteriorados de sus cosechas. El humo de su altar no subía a los cielos, no era agradable a Dios.

 

La guerra de Celia

La historia de Celia, en este libro póstumo, es conmovedora. Desde luego no había leído ningún relato de tal calidad y de tal verosimilitud sobre la situación de los civiles durante la Guerra Civil española. No se puede decir que sea una novela, pues no tiene ningún tipo de guion sorprendente. No es otra cosa que el devenir de las personas en esa situación tremenda que es una guerra civil, donde los que se matan de modo salvaje son conciudadanos. El relato de Celia es el relato de Elena Fortún, el relato de Encarna Aragoneses, nombre auténtico de la escritora, que vivió esos desastres en su propia carne.

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