El sentimiento de culpa

Recorrido por distintos desórdenes afectivos y emocionales, tengan que ver con la culpa o no. La autora los menciona sin profundizar demasiado en muchos de ellos ni sistematizarlos.

Una enseñanza positiva y constructiva sobre este sentimiento tan poderoso y universal. El sentimiento de culpa está determinado por factores sociales, culturales, religiosos, familiares y personales, y se puede producir por infinitas razones. La culpa surge cuando hacemos daño a otra persona, cuando nos avergonzamos de nuestras palabras o de nuestras conductas; o brota cuando sentimos ira y actuamos de forma perversa. A veces nos culpamos por ser manipuladores y otras por ser víctimas de manipulaciones. Nos sentimos culpables por no cumplir las expectativas de los demás o de nosotros mismos, cuando rompemos con la pareja, cuando fracasamos en nuestros proyectos o sencillamente cuando comemos mucho o poco. La culpa tiene el poder de deteriorar nuestra autoestima, nuestra paz interior y nuestra felicidad.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2009 Aguilar
254
9788466324465
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"El sentimiento de culpa" es un libro desigual. Lo primero que hay que decir es que ya el título tiene una relación muy limitada con el contenido del libro: "El sentimiento de culpa" es el primer capítulo, le siguen "La vergüenza", "La sexualidad", "La afectividad", etc. A su vez, dentro de cada capítulo la autora incluye problemas varios; así, por ejemplo, dentro de la culpa se incluyen los prejuicios y dentro de la sexualidad se aborda la prostitución. Laura Rojas-Marcos da una explicación sobre cada uno de ellos, somera en muchos casos, brillante en otros, los menos. Un ejemplo de esto último lo encontramos cuando, al tratar sobre la baja tolerancia a la frustración y sin previa advertencia al lector, explica cómo introducir la responsabilidad en la educación infantil. El proceso sería el siguiente: Fijar límites; marcar reglas para la convivencia; exigir el cumplimiento de las obligaciones; inculcar respeto por los demás y proponer al niño o niña unos objetivos acordes con su edad. Laura Rojas-Marcos da una definición de culpa muy interesante; según ella "culpa sería el sentimiento de no haber alcanzado las expectativas que otros, o uno mismo, habían puesto en el sujeto". Los dos extremos de la relación serían la responsabilidad del que actúa y los objetivos marcados. En este sentido la autora tiene la inteligencia de no relacionar culpa con religión, que es la relación establecida popularmente. En la película "Spanglish" un norteamericano le pregunta a una niña mejicana: "Culpa, ¿entiendes culpa?", y la pequeña le contesta muy ofendida: "¡Naturalmente!, ¡soy católica!". No hay que confundir culpa moral con responsabilidad. Laura Rojas-Marcos relaciona, en cambio, la religión con el perdón. La autora dedica un capítulo a la sexualidad de la que tiene un concepto naturalista. Abusa de expresiones tales como "está demostrado que", "los expertos señalan", o "los especialistas dicen", lo cual la libera de fundamentar sus afirmaciones, sin que por otra parte incluya un aparato crítico con los autores que ha consultado. Las citas, cuando se incluyen, están colocadas en el texto y sin indicar de dónde están tomadas. Puede ser un problema del editor. En conclusión se trata de un intento ambicioso de Laura Rojas-Marcos que se queda por debajo de lo que se espera de un título tan sugestivo; incluso aunque vaya dirigido al público en general y no a los profesionales de la psicología.