Los iberos

Estudio sobre los primitivos ocupantes de la Península a la que prestaron su nombre: la Península Ibérica. Procedentes al parecer de África, el libro se basa fundamentalmente en los restos arqueológicos encontrados en las áreas que ocuparon: las costas andaluzas y levantinas hasta los Pirineos, y una cierta penetración en el interior. La Península (¿Tharsis?) era visitada entonces por navegantes orientales con culturas más desarrolladas: fenicios y griegos, en busca de metales. Esto produce un desarrollo de la cultura ibérica que, sin embargo, no tiene carácter autóctono sino recibido y copiado: vasijas, joyas, modelos pictóricos y escultóricos e incluso un alfabeto que, a pesar de tener caracteres próximos a los fenicios, produce textos que no han podido ser descifrados. Los historiadores y geógrafos griegos nos hablan de este pueblo, de sus tribus y asentamientos, muchos de los cuales no han sido localizados.

Ediciones

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1965 Aymá
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Resulta útil repasar la historia para dotar de perspectiva a determinados sucesos posteriores. Es lo que ocurre con el libro "Los iberos", publicado en 1965 por el profesor don Antonio Arribas, catedrático de Prehistoria y arqueólogo. Arribas sugiere que los iberos habrían llegado de África, en tanto que los celtas, que ocupaban la parte septentrional e interior de la Península, procedían de Europa. Parte de la tierra que ocupaban los iberos era escasamente cultivable lo cual hacía que estos acostumbraran a realizar razias en los territorios vecinos. Aptos para la guerra los cartagineses los incorporaron a sus ejércitos. Los iberos no forman un pueblo unido, sino que constan de diferentes tribus situadas en las costas del Mediterráneo y el Atlántico, desde Huelva a los Pirineos. Siempre en contacto con los extranjeros que acceden a la Península en busca de metales y de otros productos, evolucionan de una manera rápida pero artificial, que no guarda relación con su importancia política, sino con aquello que reciben del exterior: modelos pictóricos, estatuaria o joyas. En el interior se mezclan con los celtas, mucho más primitivos. Los iberos ejercieron la agricultura y llegaron a exportar cereales a Roma. La progresiva romanización , las guerras púnicas, las invasiones bárbaras y posteriormente árabes hacen que etnológica y racialmente desconozcamos la huella que los iberos dejaron en la raza hispana. No así los celtas, cuyos rasgos europeos se conservaron en Galicia, León y Asturias. El libro de Arribas es casi un libro de texto, pero tiene un gran número de grabados y fotografías sobre la cerámica ibérica, estatuaria y enterramientos que lo hace, por trozos, curioso y agradable de leer.