Manhattan Transfer

El título hace referencia al transbordador de Manhattan, un ferry que utilizaban los que llegaban y salían de la isla.

Nos encontramos ante una novela que es pura literatura, sin argumento. Cuadros sobre la vida en Manhattan en los años veinte. Dos Passos se ha posicionado a favor de lo que podríamos llamar la izquierda -en algunos momentos cita el movimiento anarquista- y por ello le atraen los personajes marginales y desgraciados. No hay que excluir que él mismo, como novelista, haya estado entre aquellos que viven al día y cuentan las monedas en el fondo del bolsillo.

Dada la falta de argumento, la novela se puede empezar -y disfrutar- desde cualquier página. Abundan los personajes, pero el autor no se preocupa de relacionarlos en el espacio y el tiempo. La falta de un hilo conductor le da una gran soltura para construir las escenas -Dos Passos también escribió teatro- y la soltura de los diálogos facilita la lectura. El lector interesado en esta novela deberá releerla a fin de familiarizarse con sus personajes.

La última pregunta es a qué escritor o escritores se aproxima Dos Passos en "Manhattan Transfer". Es posible que recuerde a James Joyce en su pesadísimo monólogo que es Ulisses, publicado en 1922. También es vecino en el tiempo de Scott Fitzgerald en El gran Gatsby. Éste se sitúa igualmente en Nueva York, sólo que Fitzgerald prefiere retratar a la alta sociedad. El Gran Gatsby fue publicado en 1925, el mismo año en el que vio la luz "Manhattan Transfer".

Una lectura puramente literaria.