Las

palabras de Benedicto XVI en Ratisbona, pasados unos días de su pronunciación,

han sido acogidas, por algunos sectores del mundo islámico en términos

ofensivos.

En las últimas semanas hemos vivido dos episodios de manipulación
informativa con motivo de la visita del Papa a Baviera, que deberían hacerse
constar en los anales del periodismo. Uno pasó desapercibido, el otro sigue
coleando entre los países musulmanes. Me voy a referir únicamente al que ha
pasado desapercibido porque el otro es tan evidente que no necesita comentario.

En

un conocido diario madrileño se hablaba recientemente, en una entrevista con un

dignatario de la Iglesia española, de los encontronazos entre el Gobierno y la

Iglesia. Sin entrar en cada una de las afirmaciones que allí se vierten, es claro

que el entrevistado se ha dejado llevar por la dinámica de la periodista y ha

vertido opiniones personales políticas mezcladas con análisis más generales.

Uno de los términos

acuñados por el profesor Michael Novak que más

certeramente describen a un sector de la sociedad contemporánea es el de
class=SpellE>neodoxia, que él define como la "obediencia a lo nuevo",

como resultado de un falso sentido de la "sofisticación" en el que se

mueve la progresía al uso.