En su libro “Sobre Dios”, Byung-Chul Han nos habla de la importancia de la atención para poder amar de verdad a las personas que tenemos cerca. Citando a Simone Weil nos dice que “la atención es la mirada del alma”. Y estas palabras nos descubren toda una actitud posible, aunque bastante ausente de nuestro mundo moderno. En el día a día, al cruzar por la calle o con un vecino, al sentarnos en el bus que nos lleva al trabajo, al salir a dar un paseo, hay pocas miradas que manifiesten amabilidad, porque hay poca atención. Sobreabunda un cierto egoísmo que se potencia con la frecuencia de ir conectado al móvil.