Uno podría suponer que los tropos y otras figuras retóricas del lenguaje están reservadas a los poetas, novelistas, dramaturgos…, y a los grandes oradores. Sin embargo, no es así, porque incluso en el uso más cotidiano del idioma, de un modo más o menos consciente, empleamos esos y otros recursos expresivos. Recuerdo que, hace bastantes años, me sorprendió la respuesta que escuché a Juanito, aquel delantero del Real Madrid ya fallecido, en una entrevista por televisión en la que hablaba de su trayectoria como futbolista: "a lo largo de mi vida, no me han regalado ni los adjetivos". Me pareció una imagen bastante genial.