Hay un sentir bastante generalizado en torno a una mujer extraordinaria, como es Guadalupe Ortiz de Landázuri, una idea que surge de inmediato cuando se comenta alguna de las biografías escritas sobre ella, aunque creo que de un modo especial en la última editada: “En vanguardia”. Es la impresión de que esta santa -en ciernes- es de las nuestras, es de nuestro nivel, por así decir, tuvo las mismas luchas que muchos cristianos de la calle, empeñados en vivir cara a Dios.