Querida Mathilda

Querida Mathilda (No veo el momento en que el hombre eche a andar) es, en palabras de la propia autora, «una especie de diario epistolar». Con acento unas veces sosegado y apasionado otras, Susanna Tamaro reflexiona y hace reflexionar acerca de asuntos que entretejen nuestra vida cotidiana: la relación entre mente y cuerpo; el significado de la escritura, de la lectura y de los libros; el amor por la naturaleza y el respeto al medio ambiente; la experiencia del mal y del dolor; la adolescencia y la vejez; la paz como ritmo de vida; la amistad y la paciencia; la recuperación de la esperanza y del sentido de lo sagrado, y así sucesivamente, entrelazando pensamientos, recuerdos, encuentros, denuncias y exhortaciones, ante el sugerente telón de fondo del fluir de las estaciones del año en la campiña de la región de Umbría. Querida Mathilda configura así un libro orgánico, unitario y en continua evolución: un auténtico itinerario interior, capaz de impulsar a quien lo lea a echar a andar en pos de su propia verdad humana.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2001 Seix Barral
192
978-84-322-1610-7
Valoración CDL
4
Valoración Socios
3.833332
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Querida Mathilda son cuarenta y nueve cartas publicadas por la autora en la revista Famiglia Cristiana, entre octubre de 1996 y septiembre de 1997. La destinataria -Mathilda- es una mujer africana que Susanna Tamaro había conocido en Italia y que ha vuelto a su país. Las cartas contienen desde información sobre las actividades de la autora hasta reflexiones sobre la vida, de las más espirituales a las más prácticas: sobre la política en Italia, la necesidad de leer o algunos consejos para escribir bien.

Susanna Tamaro manifiesta tener una vocación que es compartir su vida, escuchar y escribir: "Por algún inescrutable designio -explica- me ha sido otorgado el don de comunicarme con muchas personas" y pone como ejemplo el gran número de cartas que recibe de sus lectores (pág.177). Para ella, relacionarse supone una alegría, pero escuchar y responder un sufrimiento: Matrimonios que van dando tumbos (pág.133), niños que crecen abandonados a sí mismos en el aspecto espiritual (pág.145), vidas que son una representación, cáscaras vacías de las que se cuida el exterior pero que en su interior sólo tienen ansiedad, soledad y miedo.

Para la autora la respuesta está en el interior del hombre -"no veo el momento en el que el hombre eche a andar"-, en su corazón y en su alma. El corazón simboliza los afectos, el alma la vida del espíritu. "Hoy nadie habla del alma" -se lamenta-, pero reducir la interioridad del hombre a su cerebro es como atribuir una novela a la máquina de escribir y no a su autor. Es necesario darle a la vida un sentido, descubrir ese proyecto individual o compartido que consiga que sea una vida plena. Una vida que carece de sentido conduce a la vaciedad y al aborrecimiento de la existencia; así un amigo le confiesa: "Me siento completamente vacío y lo único que deseo es desaparecer de mi propia vida" (pág.98).

La autora se manifiesta creyente y anima al lector a enfrentarse al misterio del espíritu: recurrir al azar para explicarlo todo nos roba la esperanza (pág.179). Hay un mundo por descubrir y es el mundo del espíritu. "El Espíritu -escribe- se ofrece constantemente ante nuestros ojos, pero hemos perdido la capacidad de percibirlo" (pág.123). Espíritu es lo contrario de la materia y está envuelto en un misterio contrario al deseo de racionalizarlo todo. Salimos al encuentro del espíritu por medio de la meditación, del silencio y del contacto con la naturaleza. Para la autora la meditación es el sentimiento de una presencia invisible en nuestra vida, en el universo y la respuesta a nuestro destino dentro de éste.

Para entender como es el amor y la entrega que recomienda la autora, basta transcribir lo que una vez escuchó de una amiga: "Nunca he conocido a alguien como tú, no tienes marido, no tienes hijos, pero tienes un sentimiento de familia tan fuerte que te ocupas de las personas que te rodean como si fueran parientes próximos" (pág.163).

Un libro para leer y releer, para descubrir su profundidad y valorar el testimonio de vida de Susanna Tamaro.

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Es fantástico la cantidad de ideas de fondo, del día a día, que se encuentran en este libro."Ultimamente con frecuencia me encontré reflexionando sobre la palabra juicio y sobre el verbo juzgar". En otro momento nos habla de la caja que le dejó su abuela, sus recuerdos. Y luego lo que veía en otra amiga suya: "Yo vivo muy bien así", repetía casi histéricamente aquella conocida, "no me creo problemas y soy feliz". Sin embargo, cada una de sus células emanaba una profunda sensación de frío, de ansiedad y de miedo. Y en otro momento "¿Qué es la meditación? ¿Cómo se practica?", me han preguntado más de una vez mis amigos, llenos de curiosidad. 

En este libro entra a todos esos temas de la vida misma, con un deseo de trascender. Es un libro de gran utilidad. Leer artículo >>

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Como dice la sinopsis esta escrita de forma epistolar en la que la autora le cuenta a su amiga africana Mathilda las más diversas cosas.
Casi todas las cartas tienen tres partes. En la primera relata cualquier hecho, en principio trivial, de la vida diaria; en la segunda entra en materia y sobrenaturaliza, sin misticismos, el hecho relatado. No hay nada neutro. En la tercera hace algunas preguntas que nos podemos aplicar todos, pues a todos van dirigidas.
Los temas son tan variados como la vida misma: dolor, vejez, juventud, amor, sufrimiento; y en todo ello subyace un fondo de paz que va dejando al lector asombrado, pensativo, removido.
Es una maravilla ver cómo de cosas tan sencillas pueden salir cuestiones tan interesantes para una vida digna.