Divorcio en Buda

Un juez húngaro tramita el divorcio de un médico que fue compañero suyo de colegio, y éste, la noche anterior al juicio, le visita par revelarle que su mujer se ha suicidado y él no ha hecho nada para impedirlo. La novela es un lúcido análisis de la crisis de unos seres humanos emocionalmente inestables y muy temerosos ante el presente y el futuro.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2002 Salamandra
188

Título original:Valas Budam. Traducción de Judit Xantus Szavas.

2004 Quinteto
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Imagen de Rubito

La narración se entretiene cuidadosa y lentamente en pormenorizar aspectos biográficos, familiares y ambientales a través de la introspección y la memoria de los dos personajes. La familia, la profesión, el amor, los cambios generacionales y el propio afrontamiento de la existencia son los temas que se barajan en una novela más literaria que las antes citadas; en la que muchas circunstancias y detalles tienen marcada su naturaleza de recurso literario, aunque sea de una manera lo suficientemente moderada como para que la narración no pierda realismo.

Resulta, pues, una obra típica del autor húngaro, en la que el drama humano que vertebra su trama, y que se va desvelando hasta llegar a un final de sorpresa, es tan vivo como contundente.

(de Ángel García Prieto )

Imagen de sevilla

No cabe duda de que "Divoorcio en Buda" es una obra excepcional. Sin embargo, esta transida de un profundo pesimismo exixtencial, que se puede observar también en el resto de la obra de su autor. Globalmente, yo no le otorgaría la máxima calificación.

Imagen de LYA

Ya nos conocemos al húngaro Márai porque sus obras se venden como churros (y pensar que hasta hace nada, hasta la caída del muro del Berlín, era un escritor muerto y bien muerto, enterrado por el silencio que le impuso el régimen comunista y el certificado de non grato al corpus de su obra). Divorcio en Buda se lee en una tarde, en una tarde en la que uno no ande de acá para allá con escaparates, baretos, exámenes y otros divertimentos. Es breve y tiene el espesor del mejor Tolstoi. Es la historia de un amor y la historia de un dolor que sólo se resuelve al final de la obra. Es como Los muertos, ese cuento magistral de Joyce que forma parte de Dublineses, en el que el diálogo final del matrimonio es tan hondo y revelador que rompe con la superficialidad de esas conversaciones de complicidad burguesa que habían mantenido horas antes en una casa llena de invitados. Pues así Márai en ese diálogo último. En Divorcio en Buda hay diamantes que brillan intensamente, como esa relación honda del matrimonio protagonista, que fueron capaces de reservar su sexualidad hasta el matrimonio no por disposición social o cultural sino por la consideración emocionada de un encuentro tan verdadero que les exigía una total disposición vital. Aparece en la obra un cura que no busca a Dios a dentelladas, exigiéndole respuestas, soluciones de ¡ya!, etc., sino que es consciente de que con Él no tiene por qué defenderse sino prepararse para cuando quiera visitarlo. Y cuando el dolor aparece por la puerta, se muestra Márai corrosivo, despiadado, "¿qué nos espera ahora?, ponernos en camino en medio de la oscuridad, en el mundo gris, vacío y frío... y vivir así muchos años. Comer, dormir, hacer el amor..., sí, ¿por qué no? Como hasta ahora. Uno no se da cuenta. No quiere darse cuenta, no se atreve a ver que la vida, de pronto, carece de sentido, de contenido... ¿Dónde puedo refugiarme? ¿En la vida? ¿Y qué es la vida?".

Imagen de rocio meca

El último expediente llegado a la mesa de trabajo de Kristóf Kömives, juez en la Budapest de entreguerras, es el divorcio de los Greiner. Un caso más, excepto que el nombre de soltera de la mujer, Anna Fazekas, hace perder al magistrado su inmutable serenidad. El alegre desparpajo de la juventud, un paseo por el lado, una mirada arrebatadora: la evocación de aquellos instantes fugaces son suficientes para perturbar, después de tantos años, el aparente sosiego de su intachable vida burguesa. Y cuando el señor Greiner se presenta en su casa con la noticia del suicidio de su mujer, Kristóf no puede resistirse al aluvión de sentimientos encontrados que inundan su espíritu. Durante el transcurso de una noche, Kristóf asumirá el doble papel de acusado y testigo de la confesión de Greiner, que al desgranar la historia de su matrimonio pondrá de relieve el abismo que separa a los dos hombres; por un lado, el burgués que renunció a la emoción de lo desconocido para perpetuar los sólidos valores de una clase social asentada y satisfecha de sí misma, y por otro, el joven advenedizo que por conquistar una mujer que le estaba vedada se entregó a una existencia erigida sobre la impostura y encorsetada en unos cánones ajenos a su persona. Así pues, con el inminente estallido de la guerra más devastadora que ha conocido la Humanidad como telón de fondo, el azar les otorga la ocasión de reflexionar acerca de aquellas vivencias y sentimientos que nunca habían sido capaces de compartir con nadie, y redimir en parte, si acaso, los errores que les condujeron a la situación actual.

Imagen de angel gpri

Es una agridulce novela; simpática en su forma, aunque su fondo tiene un regusto de desgarro. El autor pinta unos personajes delicados, púdicos, religiosos, y una vida igualmente contenida y ordenada, detrás de la que se ve el límite de lo humano, las inquietantes fallas, la dolorosa finitud.