Un ginecólogo conocido decía hace unos días que se sentía tremendamente ecologista y, por lo tanto, totalmente defensor de la naturaleza humana. Puestos a defender la naturaleza parece evidente que la más importante es esta, la de los hombre y mujeres. Y lo decía con pena al recordar un hecho verdaderamente antiecológico, hasta límites insospechados: contaba que todos los médicos hoy día, ante una mujer embarazada, hacen un análisis del feto a las 12 semanas y si ven alguna anormalidad, muchos de ellos las animan a abortar. Por ejemplo, se puede saber ya si el niño viene con síndrome de Down.