Una expresión así parece adecuada en el mes que vivimos, ¡pero ya está! Más de uno puede ponerse un poco nervioso ante semejante afirmación, y me he encontrado artículos que, expresamente, se oponen a que alguien diga semejante cosa. Entendemos que algunos hayan sufrido con la muerte de un ser querido. Pero no pocos tienen mucho miedo a ponerse en semejante circunstancia. Y los tiempos que corren, con bastantes más muertos de lo que es normal -no sabemos si las cifras oficiales o las otras- nos hacen verla más de cerca.