Me gusta la poesía de Antonio Machado, es el poeta que más me llena. Sabiendo que fue alumno de la Institución Libre de Enseñanza, se nos puede antojar, así de memoria y sin profundizar, que era un hombre ateo. Pero en cuanto uno se interna en su obra se da cuenta de que no es así. Llega a escribir “Siempre estimé como de gusto deplorable y muestra de pensamiento superficial el escribir contra la divinidad de Jesucristo. Es el afán demoledor de los pigmeos que no admiten más talla que la suya” (Pensadores de frontera, p. 92).