Veo jóvenes chinos manifestándose contra Japón por haber
comprado a sus dueños privados unas islas cercanas al continente. Nada extraña
que presionen para conseguir sus intereses, ni que las autoridades aticen el
nacionalismo, como medio para que el pueblo olvide otros problemas más graves.
Lo que llama poderosamente la atención es que esos jóvenes porten carteles con
la imagen deificada de Mao Zedong.