En el ambiente social que nos rodea encontramos un empeño de algunos movimientos minoritarios dirigido a confundirnos sobre la realidad más evidente que existe en la naturaleza humana: el hecho de que existen dos sexos. Quieren negar la realidad más palpable y antigua en la humanidad: cuando nace una criatura, cuando sale del seno materno, la partera, el médico o el familiar que ha ayudado en el parto entona el “niño” o “niña” a la vista de lo indiscutible. Esto ahora se conoce más pronto porque hay medios para saber meses antes, cual es el sexo, simplemente porque lo han visto en las pantallas.