Con esta expresión, el profesor universitario Víctor Lapuente (1976) ha redactado una propuesta de ética social y política destinada a devolver esperanza e ilusión al pueblo europeo de la postpandemia del siglo, es decir, a personas que sorpresivamente han visto alterada repetidamente su vida, sus rutinas, motivaciones y planteamientos, así cómo han visto fracasar las propuestas de tantos líderes que han puesto por delante del bien común sus ideologías y previsiones electorales (173, 201).