La lectura del interesante trabajo del filósofo alemán Markus Gabriel, catedrático de Epistemología de la Universidad de Bon, confirma, una vez más, que verdaderamente, no podremos alcanzar una ética global, ampliamente aceptada y asumida por filósofos, teólogos y pensadores del mundo entero, mientras no lleguemos a una convergencia primero y luego a una recuperación del consenso acerca de la necesidad de una metafísica fundante de la nueva antropología y, por tanto, de ese deseado nuevo orden moral.