En el interesante trabajo del ensayista y escritor Antonio Pau, acerca de los herejes y herejías, hay un interesante guiño tanto en el prólogo como en el índice de autores escogidos y presentados como tales, pues algunos, muchos, no lo son, puesto que no han sido nunca condenados por el magisterio de la Iglesia y, sobre todo, porque para ser hereje hay que ser pertinaz en la herejía y, hay que reconocer, que eso muy pocos los cuerdos lo aceptan.