La
lectura serena y atenta de las Cartas de San Pablo arrojan un resultado
sencillo y claro: son Cartas. Tienen un autor, un destinatario, contienen
soluciones a problemas concretos, muestran afecto. Esta valoración es
válida para enmarcar las ideas que queremos desarrollar seguidamente y
el tono sereno en el que deseamos expresarnos.