La obra del profesor de Sagrada Escritura del Estudio Teológico Agustiniano de Valladolid, David Álvarez Cineira, refleja el tono de desconfianza y frialdad hacía la figura de san Pablo que reinaba en algunos ambientes científicos a comienzos del siglo XX y que fueron contrarrestados por el año paulino que convocó Benedicto XVI. De hecho, cuando estudia si los Hechos de los apóstoles de san Lucas son de fiar, afirmará que es preferible leer directamente a Pablo “debido a la concepción retórico-teológica de Hechos” (18). Evidentemente “La investigación continúa centrada fundamentalmente en la nueva religión del cristianismo, frente a la antigua religión judía. Los temas clásicos siguen acaparando las discusiones entre los seguidores de la nueva perspectiva y los teólogos luteranos (13). En cualquier caso, para la exégesis actual la misión de Pablo se desarrollaba en tres frentes: ”con otros cristianos, con los diversos grupos de judíos y con las autoridades civiles” (16).