En la reciente carta del papa Francisco al presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana con motivo del Bicentenario de la Declaración de la Independencia, afirma que para fortalecer las raíces es preciso hacer una relectura del pasado, teniendo en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado la historia del país. Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria, es decir, reconocer los errores cometidos en el pasado, que han sido muy dolorosos. Por eso, en diversas ocasiones, tanto mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización. Más adelante, el papa Francisco se refiere a los ataques contra los católicos mexicanos más recientes (las persecuciones de los cristeros en el siglo XX) y a la celebración de los 500 años de las apariciones de Guadalupe en la próxima década.