Es interesante el fenómeno que se ha producido del resurgir del filósofo Ludwig Wittgenstein en la historia de la filosofía contemporánea, pues ha pasado de ser denostado como un excéntrico y desequilibrado que derrumbaba su propio sistema de pensamiento, a aprender algunas de las muchas lecciones de su filosofía, independientemente de su locura. Es también interesante el esfuerzo de honradez con el que quiso comportarse toda la vida, que le llevó a considerarse como un segundo destructor de la biblioteca de Alejandría, pues arremetía con vehemencia contra toda forma de sofisma, de metafísica barata, o por la falta de ética (14).