El 13 de marzo de 2013, tras la inesperada noticia de la renuncia de Benedicto XVI, fue elegido Jorge Mario Bergoglio como 265 sucesor de san Pedro. Un Pontífice venido del fin del mundo, como él mismo se definió, y con una amplia labor pastoral a sus espaldas. Un Papa sorprendente, cercano, cuya sencillez ha despertado una creciente curiosidad mediática, también entre los no creyentes.