Las disquisiciones sobre cuál puede ser el mejor lugar para pasar el verano pueden ser múltiples y variopintas. Hay gente para todo, somos muchos. En este país la tendencia a la playa es ya antigua y, hoy por hoy, suele ser prioritaria. Pero es indudable que no todos pueden hacer esa elección, porque sale cara. Hay familias que desde tiempo inmemorial tienen alguna casa en la costa o cerca. Y aun así los propietarios, padres de familia o, con más frecuencia, abuelos, pueden ceder o admitir en la casa a uno de sus hijos y nietos durante unos días y en otras fechas al otro hijo y nietos. Hay muchas familias a quienes les encantaría el verano en la costa, pero quizá tendrán “derecho” a quince días.