Este es un libro que conviene leer de cabo a rabo, de comienzo a fin, pues tiene, como la madrileña calle del codo, su truco. La sorpresa, como es sabido, está en los recodos del camino. Por eso conviene leer el prólogo de Trapiello, uno de los autores de moda en Madrid, pero también el índice elaborado por Emilia Landaluce, periodista avezada que no da puntada sin hilo, y que es la causante de la elección de los personajes incómodos reunidos en este libro. Es interesante que, a los diez personajes escogidos para protagonizar este libro, también se les llama heterodoxos en la portada del libro, cuando en realidad son sencillamente inclasificables, como también dirá en la solapa.