Desde hace unos años se ha suscitado un interesante debate en torno a la disyuntiva entre institución o la vida, es decir qué debería suceder cundo una institución creada para salvaguardar una idea¡, un movimiento o un carisma, comienza el deterioro y la decadencia del paso del tiempo o sencillamente atraviesa por una “crisis de crecimiento”. Es ley de vida, los hombres y las instituciones creadas por ellos para perpetuar y estabilizar ideales y proyectos, terminan por caer en la decadencia. Como el hombre que nace, crece, se desarrolla y muere.